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OPINIÓN

¿2019 reloaded?

Por Pablo Pero.- La dura derrota del oficialismo liberal en Buenos Aires sacudió al mercado con una caída del 17% en el Merval, despertando fantasmas de las PASO 2019. Aunque el contexto es distinto y el gobierno aún tiene margen de maniobra, la falta de rumbo político y la estrategia económica centrada solo en el control del dólar podrían costarle caro. Si no corrige el rumbo, ni el ajuste macro ni la paciencia del electorado alcanzarán para sostener el proyecto.

Por Tendencia de noticias

09 sept, 2025 07:25 a. m. Actualizado: 09 sept, 2025 07:25 a. m. AR
¿2019 reloaded?

Se apagaban las últimas luces del viernes y muchos buscábamos, recopilábamos, una a una cada encuesta política que circulaba por las redes sociales. Todas negativas para el oficialismo de turno, indicaban incluso una diferencia de 10 puntos en su contra. Había alguna ilusión de duda, un par que solían acertar, daban empate técnico. Ese empate, inesperado, se festejaría como una victoria.  La verdad que las encuestas, sin embargo, no logran ser más que un pasatiempo para evitar concentrarse en el presente, así que pasaron, y llegó el domingo donde el pueblo sube o baja el pulgar, cual Emperador en Coliseo Romano, determinando la suerte de un gladiador.


 “Menos 13”. Pulgar abajo. Decapitación.


Así se vivió en el mercado financiero el resultado de las elecciones de la provincia de Buenos Aires este domingo 7 de Septiembre. La descripción del primer párrafo más arriba, sin embargo, se corresponde mejor con el resultado de las elecciones PASO nacionales, del domingo 11 de agosto de 2019. Ese día el entonces oficialismo liberal, del gobierno de Cambiemos, perdería contra el candidato Alberto Fernández por 15 puntos, y el mundo juzgaría que la gestión de Mauricio Macri se había terminado anticipadamente. Ese día se generó la segunda pérdida bursátil más grande de la historia, entre todos los países del mundo, en términos porcentuales. Medida en dólares el índice Merval cayó un 50%, los activos financieros habían perdido en un solo día la mitad de su valor. Así valoraba el capital internacional la elección del pueblo Argentino.


Este lunes 8 de septiembre se quiso vivir algo parecido, aunque las situaciones fueron muy diferentes. El índice Merval, que resume la cotización de las principales acciones argentinas cayó un 17% en moneda dura. Una caída muy fuerte para ser que ya venía golpeado (no creciendo, como en el caso anterior). Esencialmente una caída muy fuerte siendo que se tratan de elecciones muy diferentes: aquella fue una elección nacional para el Poder Ejecutivo, esta fue una elección provincial (del principal distrito del país que contiene al 37% del padrón), de carácter legislativo.  Aún así el “mercado” se lo tomó muy mal.


¿Qué podemos interpretar?, al parecer se lo ha tomado como una señal de una posible derrota del gobierno de tinte liberal/conservador en la próxima elección nacional del 26 de octubre. Aquí también, ninguna encuesta avizoraba una derrota tan grande. El mercado está recalculando sus estimaciones.


Para mí, puede haber “sobrereaccionado”. No es lo mismo este escenario que el de 2019. ¿Por qué? Por un lado, como les conté, es una elección mucho menos importante. Además, el gobierno tiene tiempo para dar señales distintas, tiene tiempo para recuperar “un mensaje” que le llegue a la población, mensaje que se diluyó últimamente. Por último, creo necesario hacer una gran salvedad en términos macroeconómicos: este oficialismo nacional ya ha realizado la tarea más dura (el ajuste fiscal), y no está tan lejos de terminar el ajuste macroeconómico: requiere soltar los pesos ya emitidos que están guardados en el Tesoro, eso permitirá bajar las tasas y reactivar la economía. Si es así, ¿por qué no lo hizo aún? El gobierno ha tomado una postura superpolítica, subyugando su supuesta testarudez económica a un mandato electoral: ha decidido que hará lo imposible por pisar el dólar y contener la inflación. Para ello, ha generado una gran recesión en la economía.   La población no entendió la propuesta, tampoco se la explicaron. Resultado: el gobierno se quedó sin el pan y sin la torta, el dólar subió, y el proceso electoral tampoco parecen muy bien encaminadas.


Mi impresión es que el gobierno mantendrá su tesitura, tratar de mantener el dólar lo más controlado posible, y esencialmente la inflación pisada. La economía seguirá medianamente estancada hasta las elecciones nacionales.  Sin embargo, pasadas las elecciones, el gobierno podría soltar las amarras monetarias y reactivar la economía, a costas de aumentar unos meses la inflación (y el dólar). A la larga (6 meses máximo), eso generará más empleo, más exportaciones y mayor protección a la producción industrial.


De corto, entonces, no hay buenas noticias para la población. De largo, creo que todavía el modelo del oficialismo ofrece un camino de éxito para Argentina. Es una lástima que haya elegido, transitoriamente, una estrategia electoral que resultó cara para el pueblo, y también errada en las aspiraciones políticas.


Esta columna podría terminar aquí, pero la política mete la cola. Ya ha equivocado el gobierno su estrategia política en esta elección “ensayo”. Si los errores políticos continúan, y se han sumado ya muchos, es probable que no haya plan económico que llegue a un equilibrio provechoso para los Argentinos. Si el gobierno recapacita, la fuerte caída de la bolsa se convertirá en una gran oportunidad de ganancia para los más arriesgados.


El autor de este articulo de opinión es economista, Máster en Análisis Económico, consulto en Pizavil y Director de políticas públicas de la Fundación Federalismo y Libertad.

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